
El ingeniero Gustavo Viollaz, director del Instituto de innovación y Tecnología Aplicada, explicó que en Salta ya hay fabricadas e instaladas impresoras 3D, a través de la que se generan piezas para juegos didácticos adaptados y prótesis, entre otros usos.
El ingeniero explicó que un artefacto de estos no es como una impresora convencional, sino como una fábrica que derrite plástico y arma productos “capita por capita”.
Contó que los avances en el sector son constantes y se imprimen desde piezas sencillas hasta autopartes capaces de soportar 300 grados centígrados, e incluso piezas quirúrgicas.
El ingeniero recordó el caso de un cirujano tucumano, que utilizó un tramo de tráquea impresa en una intervención quirúrgica a un paciente con cáncer, y que arrojó buenos resultados.
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